Moncho Azpeitia
Artista visual
Bio
Podemos afirmar que la obra de Azpeitia se nos presenta, como un revulsivo, ante el uso excesivo del color, en la pintura contemporánea.
Para Azpeitia el color está sobrevalorado y sostiene que el impacto visual del negro sobre blanco y sus variaciones tonales, es mucho más impactante y transmite de forma más contundente el sentido de su obra.
Su estilo está totalmente definido y ha conseguido que se convierta en un sello personal, que hace que le reconozcamos inmediatamente.
Son trazos fuerte, firmes, enérgicos. Cargados de intencionalidad y de maestría. Es un modo de crear muy intuitivo, que aprovecha los errores y los incorpora a la obra, porque la imperfección es bella y forma parte de la vida y del proceso de todo creador.
Su temática es muy variada, pero como nexo común tiene las raíces de una España profunda, rural y marinera. Personajes llenos de vida y movimientos, de sensualidad, tanto masculina como femenina. Azpeitia es sincero, no disimula ni maquilla la verdad, la realidad. En su obra podemos reconocernos, porque es un reflejo de nuestro interior.
Sus orígenes Vascos, sus vivencias en Galicia y Asturias, le han marcado y se nota la influencia de las vanguardias que, nacidas del drama de la emigración, intentaron reivindicar sus raíces, su cultura y un modo de vida que, marcada por la influencia religiosa cristiana y las fiestas populares paganas empezaba a perderse.
A la vez, ya instalado en el sur del país, se enriquece con nuevas formas de expresión, nuevos bailes, nuevas costumbres a las que sabe adaptarse y de las que estaré su esencia para incorporarla a su obra. El norte es duro. El sur es folklórico, pero ambos son un mismo país.
Azpeitia nos presenta una obra que es reflejo de una España multicultural que se pierde y otra que nace. Intentando que sepamos de donde venimos, para saber hacia dónde vamos.