Okaro nace y crece en Huelva, cerca de un río tintado de cobre. Cerca de ese flujo de agua que todos aseguraban no era sangre aprendió a mirar con pasión la belleza que puebla el mundo.
Desde los siete años ha depurado una visión orgánica y sensorial de lo que intuye al otro lado del visor, buscando la pureza como se buscan las trufas en temporada, con ahínco y entrega.
Autodidacta, ha visto su obra publicada en grandes revistas especializadas como Tax Collection, The Curator Mag o The Pink Lemonade.