DESCUBRIENDO EL UNIVERSO INFANTIL DE PICASSO

Desde hace mucho tiempo siento un profundo interés por adentrarme en la vida temprana de Picasso, particularmente porque había encontrado muy poco material al respecto. A menudo, la biografía de genios como él suele centrarse en sus momentos más sobresalientes, dejando casi de lado los primeros años, un período crucial que, como muchos especialistas han destacado, moldea el rumbo de toda una vida.

El enigma me intrigaba especialmente porque son precisamente esos primeros años, que pasó en Málaga, los que además de dar forma a su vida, también esculpen su iconografía artística. La relevancia de estos años es innegable, considerando que nació en un hogar donde la pintura ya era una vocación gracias a su padre, y donde su microcosmos estaba conformado en su mayoría por figuras femeninas. Desde su madre hasta sus hermanas y tías, la influencia de la mujer en su vida dejó una marca profunda en su personalidad única.

Fueron años donde fraguaron los temas artísticos que dominarían su obra: las palomas, el mar, la luz, el color, los toros, los caballos. Temas que se empaparon de la mediterraneidad indisoluble que rodeaba a Málaga en esos tiempos. Cada rincón de su ciudad se convierte en una ventana hacia su pasado: la Plaza de la Merced, donde encontramos los primeros hogares de su familia, la Iglesia de Santiago, donde se casaron sus padres y él fue bautizado, y cada rincón donde el joven Picasso jugaba y probablemente garabateaba con tiza en las aceras.

Aprovecho esta oportunidad para expresar mi gratitud a Eduardo Nieto por confiar en mí para guiar este itinerario teatralizado sobre el temprano universo de Picasso. ¿Quién podría haber previsto que esta experiencia podría dar vida a un libro? Cada paso en este tour cultural ha sido un descubrimiento, una conexión profunda con los cimientos de la genialidad de Picasso. A medida que nos adentramos en los rincones y lugares que formaron su infancia, no solo exploramos su historia, sino también las raíces de su arte revolucionario. Esta experiencia ha demostrado que comprender los comienzos de un genio es adentrarse en el corazón mismo de su creatividad y dejar que esa chispa temprana ilumine el camino hacia su grandeza duradera.

Por último, quisiera también invitaros a la lectura de el artículo ’50 años sin Picasso: una ruta por la Málaga del niño Pablo’ del diario El Mundo, en el que podréis disfrutar de la experiencia vivida por quienes nos acompañaron.